FORTALEZA
A mi hermana Eva.
LII
SHABAT
Con los ojos cubiertos, vesperal,
ante los candelabros relucientes
de sábado, mi madre. La penumbra
engalana sus cuerdas. Desfallece
la hora entre las velas encendidas.
Los muertos se sacuden. Como huestes
de fiesta los bruñidos candelabros
viajan en los espejos. Desde el viernes
resuena la agonía de la tarde:
en los cristales rumorea el sol
ido entre lo jamás y lo jamás.
La casa es un sollozo. El horizonte
entra en la casa envuelto de crepúsculo:
tiene forma de adiós. Creo soñar.
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